Pablo Ibarluzea y el Cirque du Soleil

  • el timbal ESCOLA

Disfrutar de la entrevista que tras seis meses de gira por Europa con el Cirque du Soleil, el clown alavés y actor Pablo Ibarluzea el diario Noticias de Álava publicó recientemente.

Pablo Ibarluzea y el Cirque du Soleil

PABLO IBARLUZEA Y EL CIRQUE DU SOLEIL

Un ojeador del Circo del Sol se fijó en él en Edimburgo cuando estuvo dirigiendo en 2009 el espectáculo de clown el Cirque de Legume. Le invitó a un casting, que sólo pasa un 5% de las personas que se presentan, y así entró a formar parte de la base de datos del mayor engranaje circense del panorama internacional. Aquel logro para él no fue más que la certificación de su nivel, tras haberse sometido a una intensa formación desde que en el año 2000 decidió dejar sus estudios de ingeniería e ingresó, “por intuición”, en el grupo de teatro amateur Exodus, en Vilanova (Barcelona) para ver si la escena era su mundo. Y parece que acertó de pleno, ya que lo que sólo fue un paso para entrar en la bolsa de posibles sustitutos se convirtió en un contrato de seis meses como clown en el último espectáculo Dralion de la citada gran compañía internacional.

El actor, director y pedagogo teatral Pablo Ibarluzea, una vez finalizado su cometido, se ha atrevido a hablar de la más que “enriquecedora e interesante” experiencia que ha supuesto para él “trabajar en un formato tan barroco como el del Circo del Sol, aunque he echado de menos la cercanía con el público”, explica a este diario. Y es que Ibarluzea es un artista multifuncional, acostumbrado a hacer de chico para todo en la infinidad de proyectos que ha participado. “Yo estoy acostumbrado en mi trabajo diario a ocupar todos los puestos, ya sea en dirección, actuación, vestuario, iluminación, profesor o agente de prensa”, enumera. En Dralion, en cambio, “sólo he tenido que defender mi rol de actor, con la seguridad que te da tener detrás a una gran compañía que se ocupa de todo. La responsabilidad es menor y arriesgas menos, y aunque estoy muy satisfecho de mi trabajo, sí que he echado de menos mi mundo, con menos escenografía y todo más centrado en el trabajo del actor”, explica.

De hecho, asegura ponerse más nervioso delante de 20 espectadores que de 5.000, como ha sido el caso, porque “siento su mirada, su aliento y noto si les estoy llegando. En el Circo del Sol abarcar a tanta gente es impensable, y aunque es apabullante, un silencio de tal magnitud sí impone, porque te dice que algo va mal”, apunta. Por lo que respecta a la suerte que ha tenido de conocer las tripas de la gran multinacional circense -en una intensa gira europea de medio año que le ha llevado a recorrer Suecia, Inglaterra, Irlanda y España-, este laudioarra asegura que “me ha marcado, porque ha sido trabajar con cien personas de 21 nacionalidades diferentes, entre los que sólo estábamos cinco hispanohablantes: dos mexicanos, dos argentinos y yo”, matiza, destacando el alto nivel de exigencia. Y es que, “aunque los clown teníamos más manga ancha”, reconoce, el entrenamiento del día a día es “muy exigente, con una alimentación de catering muy cuidada”. No en vano, “los acróbatas son atletas de altísimo nivel, nos alojábamos en hoteles, no en caravanas como puede pensar la gente, pero entrábamos a la carpa del circo a ensayar a mediodía y salíamos ya de noche, al finalizar la función”, recuerda.

ACTIVIDAD EN NUESTRO PAÍS

Pablo Ibarluzea y el Cirque du SoleilUna vez superada esta meta en su dilatada carrera -“tampoco podría haber aceptado una sustitución más larga, porque hubiera tenido que paralizar muchos de mis proyectos personales”, matiza-, se encuentra en Bilbao inmerso en el séptimo Laboratorio Internacional de Teatro Físico, Máscaras y Clown de su escuela YindeYan, creada en 2008. “Las seis primeras ediciones las llevé a cabo en un frontón en Llodio, pero no eran las instalaciones más adecuadas y, por eso, la he trasladado”, explica. A este intensivo curso para actores profesionales se han inscrito doce alumnos de muy diversas nacionalidades, que estarán perfeccionando su técnica, de manos de Ibarluzea, hasta el próximo sábado 4 de octubre.

A la semana siguiente hará de mecenas del curso de clown que va a impartir, también en la capital vizcaína, el maestro francés y referente internacional Philippe Gaulier. No en vano, aunque Ibarluzea se diplomó en la Escuela Internacional de Teatro Jacques Lecoq de París y en los estudios escénicos El Timbal de Barcelona, también es profesor de la prestigiosa escuela de Gaulier. Después tiene en cartera “tomarme unos meses libres entre comillas”, explica. Y es que Ibarluzea quiere estudiar euskera de forma intensiva “porque es mi asignatura pendiente, tras tantos años viajando, aunque las tardes las dedicaré a los cursos de teatro que imparto en Durango, y a revisar espectáculos que he dirigido como Konpota y Godot, ambos seleccionados por la red Sarea de teatros públicos del País Vasco”, subraya.

Ahí no quedará la cosa, ya que el clown más famoso, ya no sólo del Valle de Ayala, sino de toda la provincia e incluso Euskadi, también ha conseguido un puesto en el grupo de teatro vasco Marie de Jongh dirigido por Jokin Oregi. “Estoy súper contento de que, por fin, me salga trabajo como actor en Euskadi, ya que se me conoce más como director y profesor. Creo que tengo la agenda bastante completa hasta mediados de 2016 y también quiero aprovechar estos meses para darle un empujón a YindeYan. ¡A ver si dejo la maleta tranquila por un tiempo!”, exclama. Con todo, también le espera una actuación en Nueva York y un proyecto en Irlanda. “Es lo que tiene estar metido en tantos líos”, sentencia.

Pablo Ibarluzea y el Cirque du Soleil

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Pablo Ibarluzea fue alumno de El Timbal Centro de Formación y Creación Escénica, donde cursó el plan de Estudios Profesionales entre 2001-2003.